domingo, 3 de mayo de 2015

Conversando con mi Conciencia.

-Me gusta hablarte. Definitivamente eres ese momento invertido perfectamente en mi, amo cada segundo, cada palabra que comparto contigo. Es perfecto. Es especial.
-Soy tu, tu eres yo, somos lo mismo. Imposible separarnos. Aun después de la muerte te acompañare. Tu fiel amiga.
-Hoy es uno de esos días diferentes. Ya has vivido conmigo cientos de ellos. Pero aun así no deja de sorprenderme como la lluvia y el frío confabula para que la pereza invada mi vida. Aunque es en estos días donde puedo ser franco contigo o conmigo.
-Es verdad sueles contarme la verdad que conozco pero mi hermana (inconsciencia) evita que discutamos sobre ella.
-Sabes que tengo miedo. Sabes que me muero del pánico.
-Eres inseguro, estas incompleto y a veces te dejas llevar por la banalidad de los momentos.
-¡Lo sé! ¿A quién no le pasa?
-Sebastián, la vida es un misterio, yo soy lo que has construido de mi, pero aun así sigo siendo la parte más sensata de ti. Soy quien te indica lo correcto pero hasta ahí. No puedo hacer mucho ya lo sabes.
-Eres quien conoce lo que soy realmente. Estoy tan perdido como tú. Me levanto y elaboro un día que en realidad no me pertenece. Hago cosas por inercia social. Imposición. A veces pienso que es un fiasco esta manera de vivir, pero a su vez, ni tú, ni ninguna otra entidad en mi o fuera de mi me ofrece una salida de emergencia o un camino a construir. ¿Crees que ese es el sentido de la vida?
-Es algo complejo Sebas. Soy la única función corporal que te conecta con el universo y aun no puedo proveer información de ese tipo, me bloquea la barrera de la vida,  así como a ti te bloquean las barreras sociales. Hay miles de caminos con la misma dirección, con las mismas formas de vivir, con los mismos aburrimientos. Quien no tiene no está satisfecho. Quien tiene tampoco lo está. Es naturaleza humana.  Lo que somos y hacemos aun que no hiciéramos nada seguimos regidos por la naturaleza y la universalidad. Mi deber al ser racional es acompañarte e indicarte. Pero a diferencia de tu fisicalidad, yo no conozco el nivel decisivo, no entiendo de elección y no sé que es el “No querer”. La conciencia es y será.
-¿Quién soy?
-Eso lo averiguaras con el tiempo.
-¿Soy Libre?
-Nadie es libre. La libertad no es gratis. Y lo gratis no existe.
-¿Soy feliz?
-La felicidad es química. Es física. Dura segundos. Dura momentos. Es un pacto entre el cuerpo y el tiempo. La felicidad habita en la memoria. Entonces pregúntate. ¿Te recuerdas Feliz?
-¿Eres  buena?
-Soy la voz de Dios. Está bien, no lo soy, pero sé que no hay realidad establecida socialmente como buena o mala que yo no pueda advertirte en cada acto de tu cotidianidad. Y gracias eso puedo incluso verte morir. No hay nada peor que un cargo de conciencia.
-Sabes, tengo miedo a vivir, siento la soledad muy cerca. Pensar eso me atormenta.
-El amor no deja solo a nadie. Aun en la infinita oscuridad el Amor siempre está presente preservando lo que nos queda de humanidad. La vida es aterradora, en realidad la vida de los hombres es aterradora porque así lo quisieron. El miedo a vivir acompaña al hombre en todo momento. Así como tus miedos son mis miedos, tu dolor es mi dolor.
-¿Crees en el Amor?

-Creo que es suficiente depresión para un solo día. El amor es un tema complejo, mucho más complejo que mi existencia. Solo sé que soy lo que eres y te amaré así no me des la razón.