domingo, 18 de febrero de 2018

¿Encuestas imprecisas o posible fraude electoral?



El fraude electoral en Colombia es un tema del cual pocos medios hablan, pues para muchos, incluida la población en general, no se puede concebir algo así en un país como Colombia, quizás si en lugares como Venezuela o Nicaragua, sin embargo, el fraude electoral puede ser más común de lo que usted cree.

Es cierto que, desde hace una década, la medición estadística de intención del voto sobre la opinión pública ha venido intensificándose y más aun desde que se ha facilitado el acceso internet, hoy en día cualquiera puede participar de una encuesta desde la comodidad de su casa y desde la practicidad que el teléfono celular brinda. Sin embargo, ¿Qué tan confiables son los resultados de estas encuestas? Y ¿Qué tiene que ver esto con un fraude electoral?

 Para nadie es un secreto que la población colombiana es una de las mas pasivas de América Latina, población compuesta por masas fácilmente influenciables donde la falta de educación y de pensamiento critico ha contribuido a acrecentar este fenómeno. Esto permite que en épocas electorales los candidatos aprovechen las necesidades y carencias de la población para abanderar sus campañas. Las encuestas han medido el éxito o el fracaso de las campañas electorales y la participación en las mismas con cada jornada se incrementa mucho más, sobre todo con las redes sociales. Sin embargo, desde hace mas de una década, las encuestas han mostrado valores irreales con respecto a los resultados finales en las urnas. Las predicciones estadísticas han fallado, mostrando una enorme variación en la intención de voto de la población solo días antes de las elecciones. Como decía anteriormente, con las características que tiene la opinión publica colombiana, este fenómeno parecería algo normal, pero también me permito pensar que esto pueda llegar a ser intencional.

·         El 26 de abril del 2010, a solo un mes de los comicios presidenciales en primera vuelta, la revista semana publicaba un articulo con datos estadísticos sobre la intensión de voto de los colombianos, donde Antanas Mockus (candidatos del Partido Verde) se imponía con un 38% y Juan Manuel Santos (candidato del partido U) solo con un 26% (según la séptima medición Ipsos-Napoleón Franco) y en ese mismo articulo informan que las probabilidades de Mockus de ser el ganador eran superiores, sin embargo fue Juan Manuel Santos quien se impuso con un 46.59% (Fuente: Registraduría Nacional del Estado Civil, boletín No. 49.), (Articulo Revista Semana: http://www.semana.com/elecciones-2010/actividad-politica/articulo/mockus-38-santos-29-segun-encuesta-ipsos-napoleon-franco/116002-3 )

·         En septiembre del 2015, la candidata por el Polo Democrático Clara López punteaba en las encuestas para la Alcandía Mayor de Bogotá con un 25% de la intención de Voto, mientras que Enrique Peñaloza (finalmente ganador), solo mostraba un porcentaje de 13% (fuente: http://caracol.com.co/programa/2015/06/11/6am_hoy_por_hoy/1433998440_801880.html )

·         En septiembre del 2016, durante el plebiscito por la Paz, el “Si” se posicionaba como vencedor con un 55% de intención de voto mientras que el “No” solo con el 36%. Sin embargo en la elecciones dos meses después el “No” termino ganando con un 50,2% (fuente: http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/encuesta-del-plebiscito-si-55-por-ciento-51497 )

Estos son algunos ejemplos que confirman la poca certeza de las encuestas, en la población en general, estas mediciones han perdido credibilidad. No obstante, es importante señalar que no se realizaron ningún tipo de manifestaciones en ningún medio sobre los sorpresivos resultados en las elecciones anteriores, la población civil acepto los resultados pasivamente. Y ahora, un resultado parecido es prácticamente algo de esperar.
Es importante detenerse un poco a pensar en la posibilidad de que esto sea una puerta de entrada, planeada para un fraude electoral a gran escala. Tranquilamente, bajo el argumento valido de la falta de precisión de las encuestas, se pueden manipular los resultados haciéndolos ver como normales. Imagínese usted que el candidato más popular en las redes y en público puntea en todas las encuestas, pero después no gane como lógicamente se esperaba, el hecho de desacreditar las encuestas por su pasado impreciso (dudas) hace pensar inmediatamente que es normal, ha pasado antes, bajo ese argumento evitan cualquier tipo de cuestionamientos al respecto, la población se queda tranquila como siempre ha estado y la “democracia” actúa a puerta cerrada.

Esta es solo una forma de cuestionar los hechos que vienen ocurriendo a raíz de la creciente participación en las encuestas, pero también es difícil entender cuestionarse esto ya que como dije anterior mente, la población colombiana no es una población de voto sostenido, en volátil y variable, así como lo son las campañas y los métodos de captación, solo pretendo dejar una duda: ¿Será verdad que hay que desacreditar las encuestas o será que han venido ablandado el camino para un posible fraude electoral y que la población no tenga chance de cuestionarlo?.