Abro los
ojos por primera vez,
nací de las
cenizas,
volví a ser
quien era,
volví a entender
la prisa.
El corazón
manda en lo que dice,
asiente ante
tu mirada,
consiente la
vida imaginada,
y la conjuga en todo lo que hice.
Basta
entender el sentimiento,
comprender el
significado de una palabra,
para el amor
en mi alma enamorada,
no conocía una
ilusión tan aferrada.
Sonrío nuevamente,
me sonrojo ante tu presencia,
me amaño en tu inocencia,
y conozco tu
franqueza.
Llegaste al
final del túnel,
para darme
la mano y cruzar juntos,
el paraíso
de manantiales únicos,
donde el deseo y la pasión son auténticos.
El miedo es
inevitable,
la razón es
imparable,
aunque el
sentimiento siempre presente,
alimenta el
latido de la vida reminiscente.
¿Que sabe el
amor de la razón?
¿Y en qué
obedece la razón al corazón?
¿Cómo cultivar
una emoción?
El viento es el eco de la creación.
Veo en tus
ojos la pureza de tu alma,
disfruto de
tu sonrisa bella y educada,
amo el
tiempo y lo odio al agotarse,
pues en tu
presencia la vida es realmente importante.
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